Bueno, el verano se acaba y, como todos los años, hemos asistido a la Gala de Premios de "El mejor finde del verano", presentada por mí y por Félix, protagonizada por mí y por Félix, donde las votaciones se llevaron a cabo por mí y por Félix. Un saludo para Félix.
Y después de hacer un repaso por las aventuras de este verano: Gredos, Aqualandia, Terra Mítica, FinDestroyer... el finde ganador por mayoría absoluta fue:
El Finde de Flequilloman!! (Félix, perdóname si cuento demasiado, pero es que fue muyyyy grannnnde).
Todo empezó el viernes a la salida del trabajo. Estaba todo planeado, iba a ser un finde genial, habíamos quedado en que tendríamos visita y saldríamos por Murcia, luego por la curva... iba a estar genial.
A las 3 de la tarde se jodían todos los planes. Ni visita ni gaitas. Depresión total.
A las 7, Félix ya estaba en mi casa. Gabinete de crisis. Qué hacemos? Organizamos un cónclave urgente, unas patatas y una botella de rosado (ole, con clase), sacamos nuestras chorboagendas y nos pusimos a intentar quedar con tooooda mujer que se prestara. Pero cuando el viento viene de cara... nada de nada.
Así que optamos por la opción "Exaltación de la amistad" y dicho y hecho nos plantamos en el mercadona. Nuestras experiencias culinarias veraniegas 2006 han estado compuestas de: pizzas, salchichas sin pellejo, chorizos, brochetas de cerdo, lomo o pavo, lasaña y hasta arroz tres delicias algún día. Y "Desperados", cómo no.
Pues nos pusimos como el kiko y nos fuimos de marcha por murcia. Un finde en pleno julio en murcia puede ser mortal, pero nosotros nos lo pasamos genial, hicimos la ruta del colacao y la ruta buscagente, hasta que vimos que no podíamos más y acabamos en mi casa durmiendo. Félix, cómo no, tiene cierta predilección por mis sillones y yo no le iba a privar el gusto.
A la mañana siguiente, después de alimentarnos de una buena dosis de "La hora chanante" con Bocaseca, El Gañán y compañía, nos fuimos a mi casa de la playa. Disfrutamos de piscina, relax, descanso y comida de mi madre (qué gusto, sobre todo cuando llevas viviendo 15 días solo en casa comiendo guarradas). Y, tras tomar fuerzas, nos fuimos a Lo Pagán, a casa de nuestra amiga aliada.
Yo dudaba de que lo fuéramos a pasar bien, pero optamos de nuevo por la exaltación amistosa: nadie iba a hacer que no nos lo pasáramos bien estando los dos juntos. La cosa no fue tan mal. Nos pegamos otra cena a base de brochetas y asquerosidades de esas y, eso sí, esta vez traíamos una de 43, que cayó de lo lindo. Nuestra amiga aliada parece que también se lo pasó bien, entre juegos, risas y tontunas. Pero lo mejor estaba por llegar.
Acabamos en la curva, la famosa zona agobiosa de tascas de la playa, donde no cabe un alfiler. Pero nos quedamos en el primer sitio que entramos, porque el punto que llevábamos encima me hizo empezar a entrar en todos los aseos que veía. Hasta que dije que me iba. Félix, muy amablemente, me explicó cómo llegar a la casa una y otra vez y yo, no sé por qué, no le creía. Y, cosas que se hacen, me fui en busca de la aventura yo solo, con una cogorza de campeonato "a dormir la mona en un portal" pensé.
[Atención - Esta parte puede herir la sensibilidad del lector]
Cuando me quise dar cuenta, los dos venían detrás de mí. Pues vale. Fue llegar a la casa y echar la pota en el baño. Cuando tiré de la cadena recordé que se había atrancado un poco antes de salir. Ahora ya estaba totalmente roto. Mi pota daba vueltas y vueltas. Quizá daba más vueltas de las que yo veía, sería por mi pedo intenso. Félix, mientras tanto, como es un hombre sabio y que sabe mucho de estas cosas, optó por rebajar su cogorza dándose una buena ducha en el patio, pegando berridos, a las 4 de la madrugada y en bolas.
Perdonad que tenga lagunillas, pero hay cosas que ni recuerdo.
Al rato Félix ya estaba tumbado en su cama tal y como su madre lo trajo al mundo, bueno, sólo tapado por su famosa toalla del parchís, pero era mejor no echar una partidilla en ese momento. Yo ya estaba bastante mejor, aunque un poco preocupado por el water.
El caso es que, oh! sorpresa!, nuestra amiga aliada esperaba visita, dos amigos más iban a venir a dormir a casa. Noticia que nos sentó un rato mal porque nos restaba protagonismo. Al poco, llegaron Flequilloman y Gordo Cabrón. Desde la cama, Félix me pedía que le radiara y yo, con lo poco que veía iba narrándole. "hay una tia!!!" luego resultó ser Gordo Cabrón, pues sí que vi yo mal.
Con el cabreo que teníamos de que usurparan nuestra noche, nos pusimos a hacer lo mejor que sabemos hacer: La Hora Chanante en directo!! Y con unos cuantos gañanazos, ay patarriles, qué pasa artista, qué marcha me llevas empezamos a descojonarnos de manera universal. Y, por supuesto, con nuestra dedicatoria especial a Flequilloman y: TIENE EL FLEQUILLO COMO UN GATETEEEEEE!!!
De repente, abrí los ojos y era ya de día. Giré la cara y me encontré la jeta de Félix a menos de un palmo. Aaaaaaaaghhhh!! Habíamos dormido juntos en una cama de 90!!!
Recién levantados pues uno tiene sus necesidades. Pero el retrete no estaba para muchos trotes y no sabíamos qué hacer hasta que Gordo Cabrón se nos adelantó. Se tiró una media hora en el baño, mientras, Félix se pegaba otra ducha en bolas en el patio, nada mejor para espabilarse sí señor.
Cuando salió Gordo Cabrón me miró con cara de haber visto un fantasma, dijo hola y salió corriendo de la casa. Me empecé a oler lo peor, y nunca mejor dicho, porque tuve que entrar con una máscara al aseo. La escena era horrible. Ya no sólo estaba mi pota dando vueltas sino mil kilos de papel y el truño mañanero de Gordo Cabrón. Además, la escobilla había cambiado de color totalmente. Fue de lo más asqueroso que he visto nunca.
Félix no se atrevió ni a entrar y decidió mear en un macetero de fuera. Creemos que la planta ha muerto y probablemente todas las de alrededor también. Y eso que era de estas que cubren todo el patio...
Yo decidí entrar al baño, como un machote. No sé ni cómo lo hice, pero puse mi granito de arena. Si me decían algo le echaría la culpa a Flequilloman, que también había salido por patas.
En cero coma nos vestimos, saludamos a nuestra amiga aliada, le dijimos que no hacía falta que se levantara (menos mal...) y salimos pitando. Qué cara pondría la muchacha al ver el water...
[Los anti-asquerosidades pueden seguir leyendo por aquí, pero se han perdido lo mejor!]
Y nos fuimos a los Narejos, que íbamos a pasar el día con todos los de Sanbe. Nosotros llegamos con nuestra marcha puesta en el cuerpo y todo el mundo nos miraba como diciendo "qué os habéis tomao" y es que la fuerza chanante hace mucho. Ese día lo pasamos genial en la playa, jugando, bañándonos, buas... estuvo superbien.
Ya por la noche, no dábamos para más y volvimos a Murcia. Eso sí, aún quedaban en mi nevera unos choricicos que nos cenamos de buen gusto.
Así acabó un grannnn finde, que será recordado mucho tiempo. Quizá los que lean esto no lleguen a entender la grandeza de lo que pasó esos días, pero para mí es el mejor porque fueron unos días de unión y de amistad.
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