viernes, 23 de febrero de 2007

Süßdeutsch

Bueno, voy a cambiar de tercio, y escribir un poco, para que a alguna loca dejen de darle punzadas en el pecho, en plena cena... cómo te gusta reírte de mis posts :P

Voy a contar la bonita historia que tengo con mi profesora de alemán, ese idilio que tenemos jaja. Primero aclarar que es una mujer mayor, casada y con un hijo, no os penséis nada raro jejeje.
No, en serio, sólo es que le he caído bien, y me trata muy bien :) Como dice mi madre, es mejor caer en gracia que ser gracioso. Y yo le he caído en gracia.

Desde el principio de curso siempre hemos tomado mucho interés y hemos puesto muchas ganas, cosa que todo profesor agradece siempre. Y si estás atento y dices la palabra adecuada en el momento adecuado te puedes llevar un "Prima!" (Estupendo!).
Es una profesora muy muy competente, que está pendiente de todo, no se le escapa nada, explica todo mil veces hasta que te quede superclaro y oye toooodo lo que dices (en alemán) aunque lo digas en voz baja a tu compañero.
Cuando empezamos el curso, nos dijeron que era la más dura de todas, pero a la larga estamos viendo que es lo mejor para aprender, cuanto más te exigen...

Además de que me llaman steckdose (enchufe), y pelota (cosa con la que no estoy de acuerdo porque no le hago la pelota, al contrario, se pasa el día mandándome callar!), el cachondeo vino el otro día, cuando quise pedirle que me hiciera un examen oral, porque no pude presentarme en enero...

- Oye, MªJosé... podríamos quedar aparte de clase para que yo...
- ¿Me estás pidiendo una cita?
Mis compañeros de mesa no podían parar de reír y yo rojo como un tomate.
- MªJosé, que me pongo rojo!! Es para que me examines!!

Cachondeo total. O como ayer, que la mujer me dijo "Du bist ein Schatz" delante de toda la clase. Y no lo traduzco, que me da vergüenza.

El caso es que esta mañana a las 10 he ido a examinarme. Examen, si a eso se le puede llamar examen.
- Pedro, du hast fünfzehn minuten, nur Deutsch. (Pedro, tienes quince minutos, habla sólo en alemán).
Hora y media de reloj ahí metidos.
Hablando alemán, español, alemanspanish y de todo. Se supone que yo contaba mis cosas pero me ha explicado mil más, he hecho frases que no había hecho en mi vida y usado palabras que ni conocía.
Y cotillear. Definitivamente, sí, soy el rey del cotilleo allá donde voy, hasta con la profesora de alemán, el colmo. Ha sido la risa.

Me lo he pasado muy bien. Me ha dicho lo que me hace falta para hablar mejor, que era mi principal objetivo y... como conclusión de cómo me ha salido sólo diré una frase, en contra de lo que pueda pensar todo el mundo sobre este idioma:
- Pedro, hablas un alemán muy dulce.
Toma ya.
:)

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