- Hola, buenos días, venía por lo de la entrevista...
- Sí, claro, pasa por aquí...
...
- Nosotros buscamos alguien que nos dé garantías en este puesto, siguiendo una línea de confianza, seriedad, competitividad... y que abarque los conocimientos técnicos que estamos tratando, por supuesto.
- Sí, yo me veo capacitado para afrontarlo, y quiero aprender lo que no sepa.
- Pero tú ya estás trabajando, cómo verías el cambio?
- Tengo que pensarlo y ver si me compensa.
- Claro, tienes que valorarlo todo, no sólo el sueldo, que puede ser algo inferior, sino las condiciones, el reto del cambio y el tipo de trabajo, que se adapta perfectamente a lo que tú quieres...
- Sí, eso sí es verdad... pero también tengo que tener en cuenta que la hipoteca no falla todos los meses, y que estoy casado...
No.
No estoy casado.
No me he metido en una hipoteca.
Y no me he puesto a buscar otro trabajo.
Aún.
No me he puesto a buscar otro trabajo por cosas como ésta: yo haciendo las entrevistas. Voy a escribir un libro: "Cómo pasar de entrevistado a entrevistador en cero coma".
Qué fuerte. Ahí me ves, con mi camisa, mi cara de crío, "jugando" con la vida de un tío varios años mayor que yo, casado... en fin...
Son los privilegios que te da el tener estudios... qué cosas...
Y mi jefe diciendo "yo hago de poli bueno y tú de poli malo, que pareces más serio..." y al final acabo yo riéndome con él y mi jefe serio total, diciéndole que no podía subirle más el sueldo...
Pues menos mal, porque yo me pongo a ceder y no hay quien me pare.
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